Michael O’Neill, doctor y estratega de investigación Senior de Haworth aborda el concepto de “economía del comportamiento” explorando la relación que existe entre dos factores: el diseño de los espacios de trabajo y el bienestar de los empleados que, según indica, va más allá de su salud física.
Durante dos años de investigación se trabajó con una cantidad significativa de líderes de distintos sectores y las conclusiones que obtuvo son una llamada de atención.
Un aspecto que se considera clave (según los hallazgos del proceso de investigación) a la hora de diseñar los espacios, es involucrar a las personas en el proceso, esto contribuye significativamente a la optimización, porque se consideran parte del proyecto y el éxito obtenido. Las indicaciones o sugerencias que los integrantes de los equipos puedan aportar se traducen en mayor productividad.
El estudio se realizó por más de un año y su objeto de investigación incorpora la experiencia de más de 3000 espacios de trabajo individual, así como talleres de observación. Con este estudio intentaron comprender:
* Cómo sostener la relevancia del espacio
* Cómo incrementar la eficacia de su utilización
* Cómo abordar las observaciones obtenidas
Con el uso de la tecnología como aliada estratégica (sensores de datos) y otros métodos de análisis se recogieron algunos conceptos clave:
- Legibilidad del espacio.
- Oferta y demanda.
- Enfoque equilibrado del estilo de trabajo.
Considerar estos elementos se traduce en una cultura corporativa más saludable. Si se utilizan de forma adecuada, se mejora el diseño y se comprenden aspectos esenciales. Para que las empresas logren una cultura corporativa saludable (que muchas desean tener dentro de sus organizaciones), se recomienda significativamente diseñar espacios con las especificaciones de usuario como factor decisivo: “espacio de las personas para las personas”.
Lectura recomendada:
The Healthy Workplace Nudge
Fuente: Haworth